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Consecuencias asociadas a tomar gaseosas
El consumo excesivo de gaseosas y bebidas azucaradas tiene consecuencias sobre la salud: incrementa el riesgo padecer diabetes o enfermedades cardiovasculares.
La carga cada vez mayor que representan la mala salud y las muertes prematuras atribuibles a las ENT afecta particularmente a los países de ingresos bajos y medianos. Entre los factores de riesgo clave subyacentes, que pueden ser modificados, se encuentra la alimentación de mala calidad.
La alimentación de mala calidad se caracteriza por un consumo bajo de frutas y verduras, elevado de grasas, sodio y azúcares.
Las gaseosas y bebidas azucaradas son productos con elevado aporte en azúcares simples cuyo consumo excesivo y reiterado conlleva al desarrollo de complicaciones a la salud dado que aportan calorías vacías al organismo. Es decir, brindan sensación de saciedad sin aportar nutrientes, lo cual provoca una reducción en la ingesta de otros alimentos y bebidas con mayor contenido de nutrientes que deberían estar presentes en la dieta habitual.
Diversos estudios científicos evidencian entre sus resultados el impacto negativo que tiene el consumo de bebidas azucaradas, así como también de otros productos ultra procesados, en la salud de niños y adultos. Entre las consecuencias asociadas a tomar gaseosas se encuentran el incremento de ENT como ser el sobrepeso y la obesidad, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, dislipemia entre otras.
En Argentina, según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) 2018, se halló que 6 de cada 10 adultos presentaron con exceso de peso (61,6%). Se evidenció un aumento sostenido desde la primera edición de la encuesta en 2005 y un aumento estadísticamente significativo respecto de la ENFR 2013. Por otra parte, según la Encuesta Mundial de Salud Escolar Argentina 2012, el 48% de los estudiantes consume dos o más veces al día gaseosas y solo el 5,6% de las escuelas relevadas tienen bebederos o dispensers de agua potable.
Considerando la recomendación de ingesta de azúcar propuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual debería ser menos del 10% de la ingesta calórica total, el consumo de una botella de 600ml de gaseosa aporta un promedio de 65 gramos de azúcar, lo que superaría la recomendación diaria de ingesta de azúcar agregada propuesta por la OMS.
Por todo lo expuesto queda claro la necesidad de reducir el riesgo para la salud que plantea el consumo excesivo de gaseosas y bebidas azucaradas. Esto requiere la implementación de medidas que involucre a todos los sectores de la sociedad.
A nivel individual, se recomienda reducir el consumo de gaseosas y bebidas azucaradas y promover el consumo de agua segura. Además, resulta fundamental cambiar las percepciones de los consumidores y sus conocimientos sobre el procesamiento de los productos alimentarios, incluyendo las bebidas azucaradas. “Un consumidor informado puede actuar como ciudadano empoderado y solicitar sistemas alimentarios mejores y más saludables.”
Sobre el autor: Lic. Yanina Stea
Lic. en Nutrición, MN 7967. Especializada en Nutrición digesto-absortiva, deportiva y Plant Based Diet (Universidad de Buenos Aires. Ex residente y jefa de Residentes del Hospital General de Agudos José María Ramos Mejía). Nutricionista de Planta Permanente del G.C.B.A, Hospital General de Agudos José María Ramos Mejía. Bs As, Argentina.