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¿Cuáles son los Alimentos Antiinflamatorios?
La alimentación constituye un factor en la modulación de la respuesta inflamatoria. Existen nutrientes capaces de modular la inflamación sistémica, lo cual resulta muy interesante para su prevención y tratamiento.
La inflamación puede definirse como una respuesta local al daño celular, que se caracteriza por aumento del flujo sanguíneo, vasodilatación capilar, infiltración de leucocitos y la producción local de mediadores de inflamación por parte del huésped. Puede ser consecuencia de diversos factores; entre ellos se pueden mencionar las infecciones crónicas, las reacciones inmunitarias anormales y una exposición crónica a algún factor proinflamatorio como el consumo de una dieta poco saludable (dieta proinflamatoria) o enfermedades no transmisibles como la obesidad.
Respecto a esta última, desde hace décadas existen evidencias epidemiológicas de una relación entre la obesidad y el estado proinflamatorio. El sobrepeso y la obesidad, así como también otras enfermedades no transmisibles (diabetes tipo 2, hipertensión, dislipidemias, enfermedades cardiacas), generan un estado de inflamación crónica leve, caracterizado por una elevada producción de citoquinas y adipoquinas proinflamatorias, que contribuyen a las alteraciones metabólicas que pueden sufrir los individuos que la padecen, de forma permanente.Por lo tanto, la alimentación constituye un factor modulador de la respuesta inflamatoria. Los fitoquímicos presentes en los alimentos, en su forma original o al ser metabolizados, pueden formar metabolitos activos y comportarse como mensajeros intracelulares activando o inhibiendo la expresión de genes involucrados en los procesos inflamatorios.
La alimentación antiinflamatoria, puede definirse como el conjunto de alimentos o nutrientes que forman parte de la ingesta alimentaria habitual de una persona, que se encuentran en relación directa con diversos mecanismos estimuladores de una respuesta antiinflamatoria sistémica, mediante la expresión de biomarcadores y citoquinas que afectan el estado inflamatorio. Por lo tanto, es de vital importancia, conocer cuáles son los nutrientes capaces de modular la inflamación para su prevención y tratamiento.
Entre los nutrientes que pueden afectar el sistema inmunitario se encuentran la ingesta total de calorías (exceso como déficit), grasas (cantidad y tipo de grasas), vitamina A, C, D, E, carotenoides, hierro, zinc y selenio.
Grasas Saturadas y Azúcares Simples
La ingesta excesiva de grasas saturadas y azúcares simples induce la activación de factores proinflamatorios encargados de iniciar la respuesta inmune innata.
Ácidos Grasos Poliinsaturados (Omega 3)
Han demostrado tener propiedades antiinflamatorias. Los encontramos en los pescados grasos (por ejemplo, atún, salmón, anchoa, caballa, arenque), nueces, semillas de lino y chía activadas y sus aceites.
Vitamina C Y Los Carotenoides
Presentes en el reino vegetal (frutas y verduras) son potentes sustancias antioxidantes y antiinflamatorias.
Hierro
Tanto el déficit como el exceso de hierro afectan la respuesta inflamatoria. Se encuentra presente en alimentos animales (carne de vaca, pollo, pescado, cerdo, huevo) así como también en alimentos vegetales (legumbres, cereales, tofu, semillas, vegetales de hoja).
Vitamina D
En los últimos años ha despertado gran interés en relación con la enfermedad cardiovascular, diabetes, enfermedades autoinmunes o cáncer y, de cierta forma, en todas las causas de enfermedad. Posee acción antiinfecciosa e inmunomoduladora mejorando las barreras intercelulares por estímulo de la inmunidad innata, así también por modulación de la inmunidad adaptativa. También reduce la producción de citoquinas inflamatorias como IL-2 e interferón gamma (INF-γ).
Más recientemente se han demostrado múltiples efectos pleiotrópicos sobre las acciones de la vitamina D a nivel antiinflamatorio e inmunomodulador.
Se encuentra presente en los pescados grasos, lácteos, huevo y alimentos fortificados. Otra fuente de vitamina D son los suplementos dietarios.
La modulación de la respuesta inmunitaria a través de la dieta puede ser útil para prevenir o para tratar una amplia variedad de patologías como hipertensión arterial, resistencia a la insulina, diabetes, infecciones, asma, alergias alimentarias, entre otras.
Disminuir el consumo de alimentos proinflamatorios (perfil alimentario actual caracterizado por un mayor consumo de alimentos ultra procesados, azúcares refinados, sal, grasas trans/saturadas y aditivos, junto a un alto consumo de alcohol, bajo en frutas, verduras y fibra dietética) y aumentar el consumo de alimentos antiinflamatorios resulta clave para reducir la mortalidad por todas las causas, por enfermedad cardiovascular y por cáncer.
Sobre el autor: Lic. Yanina Stea
Lic. en Nutrición, MN 7967. Especializada en Nutrición digesto-absortiva, deportiva y Plant Based Diet (Universidad de Buenos Aires. Ex residente y jefa de Residentes del Hospital General de Agudos José María Ramos Mejía). Nutricionista de Planta Permanente del G.C.B.A, Hospital General de Agudos José María Ramos Mejía. Bs As, Argentina.