Importancia de la hidratación en bebés

Los beneficios de una adecuada hidratación son muchos y afectan a cualquier persona por igual. En los menores de 1 año la ingesta de agua es un aspecto fundamental por sus características. 

La importancia biológica del agua es tal que el cuerpo humano presenta un mecanismo de control para mantener el balance hídrico.

Los requerimientos de nutrientes, así como también de agua varían desde los primeros meses de vida hasta la edad adulta. Las necesidades hídricas son directamente proporcionales a la masa corporal del individuo.

En los bebés una gran proporción de su peso está representada por el agua, es por esto que será importante mantener una adecuada hidratación. El porcentaje de la misma es del 75% durante los primeros 6 meses y disminuye al 60% a los 6 meses. (Figura 1)

Durante esta etapa de la vida, los bebés son más vulnerables a desequilibrios hidroelectrolíticos como consecuencia de las siguientes características fisiológicas propias de su desarrollo:

• La tasa de intercambio de líquido es siete veces mayor en los lactantes respecto a los adultos. Presentan mayores pérdidas por evaporación (la superficie corporal en relación al peso es mayor).

• Los riñones de los recién nacidos están inmaduros y, por lo tanto, tienen menor capacidad para excretar solutos. En bebés sanos nacidos a término, el desarrollo funcional de la nefrona es incompleto hasta el primer mes y los túbulos renales no maduran hasta que ha cumplido cerca de cinco meses de edad. Además, en esa etapa la producción de la hormona antidiurética es limitada. La combinación de estos factores disminuye la capacidad renal del recién nacido para concentrar orina en forma suficiente y así conservar el agua corporal. 

A los 6 meses de edad el estado de maduración de la función renal del niño representa alrededor del 75% a 80% de la función del adulto. 

• La incapacidad del cuerpo humano para almacenar agua.

Lo mencionado anteriormente visualiza la importancia de mantener un adecuado estado de hidratación en los bebés. Si bien los beneficios de cubrir los requerimientos hídricos afectan a cualquier individuo por igual, la vulnerabilidad de los lactantes por su fisiología, los coloca como un grupo en riesgo de sufrir alteraciones en el balance hídrico. 

Por último y no menos importante es la influencia de la alimentación e hidratación durante los primeros años en el futuro del bebé. Los primeros años constituyen una etapa determinante para el desarrollo de un individuo. Está demostrado que los hábitos alimentarios incorporados desde pequeños influyen sobre la salud y desarrollo de determinadas enfermedades a corto, mediano y largo plazo. La promoción de una adecuada hidratación forma parte de los hábitos de alimentación saludable.

Asegurar el aporte de agua en cantidad y calidad adecuada garantiza la correcta hidratación, la cual aporta beneficios para la salud y el bienestar del bebé.