La importancia de la hidratación durante el embarazo

El adecuado estado de hidratación resulta beneficioso para el óptimo desarrollo de las funciones del organismo de la mujer durante el embarazo y al feto

Durante el embarazo ocurren diversos cambios fisiológicos que alteran el metabolismo del agua:

• Aumento del volumen sanguíneo y la tasa de filtración glomerular: Se produce un aumento fisiológico del 10% del volumen sanguíneo en la séptima semana de embarazo.  La excreción de agua se altera debido a un incremento en la tasa de filtración glomerular asociada al incremento del flujo sanguíneo renal. 

• Incremento de las pérdidas de agua:  La función pulmonar se incrementa, lo que eleva las pérdidas insensibles por exhalación. Se produce también, vasodilatación periférica de los capilares cutáneos, lo que aumenta las pérdidas por sudoración.

• Alteraciones en el mecanismo de regulación de agua: Aumento del umbral del reflejo de la sed, lo cual podría reducir la ingesta de agua con el consecuente riesgo de deshidratación y sus complicaciones. 

Más allá de las funciones vitales del agua en el cuerpo humano, en la mujer embarazada se adicionan otras relacionadas a la producción del líquido amniótico y desarrollo y función de los tejidos fetales. Al respecto cabe hacer mención que, las células del sistema nervioso central son particularmente sensibles al déficit de agua. 

¿Por qué es importante mantener la hidratación en el embarazo?

A nivel del tracto gastrointestinal se produce un enlentecimiento del vaciado gástrico y la motilidad intestinal. El agua representa el elemento necesario para la correcta absorción de vitaminas hidrosolubles, crucial para el desarrollo del feto.

La placenta y el líquido amniótico son dos compartimentos con un elevado aporte de agua. La placenta, provee el aporte adecuado de nutrientes y agua al feto, contiene a término, aproximadamente 500 mL de agua. El líquido amniótico tiene como función principal brindarle protección al feto. Actúa como una barrera contra el trauma, mantiene la temperatura constante del ambiente fetal y evita infecciones. Permite que el feto ejecute movimientos corporales, lo que promueve el desarrollo de masa corporal y es necesario para el desarrollo de los pulmones en la vida intrauterina. Contiene 500 a 1,200 mL de agua.

Todos los cambios mencionados durante el embarazo requieren de un adecuado estado de hidratación. Los requerimientos hídricos deben contemplar las necesidades no sólo de la madre que conlleva el embarazo sino también del feto, puesto que las necesidades del mismo son satisfechas a través de ella.

¿Cómo lograr una adecuada hidratación?

Es de considerar el tipo de bebida elegida como fuente de hidratación durante el periodo de embarazo. El consumo elevado de bebidas azucaradas y su implicancia con el sobrepeso y la obesidad representa una problemática alarmante a nivel mundial. La población de mujeres embarazadas no son una excepción. Diversos estudios científicos han evidenciado que las embarazadas con un Índice de Masa Corporal (IMC) superior a 30 kg/m2 tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones durante la gestación, el parto y el posparto. Entre ellas, se destacan la diabetes gestacional, el aborto espontáneo, la inducción al parto, infección de la herida quirúrgica y hemorragias postparto. Aunado a lo anterior, la obesidad materna tiene consecuencias negativas para el feto, (mayor prevalencia de anomalías congénitas, macrosomía, muerte fetal y neonatal, y un riesgo mayor de obesidad durante la infancia). 

Todo lo expuesto deja en evidencia que un adecuado estado de hidratación, eligiendo al agua como bebida de hidratación aporta beneficios para la salud de la mujer embarazada y el bebé. También resultará beneficioso para el crecimiento y desarrollo futuro del niño.